Jazz / Fusion Jazz /
El talento se reconoce y hay que reconocerlo. Y darle la mayor repercusión posible, porque es muy escaso, en realidad. Y es necesario hacerlo de la forma más rotunda posible.
Escuchar el último trabajo de la saxofonista Berta Moreno es uno de esos lujos que nos demuestran que, cuando el regalo nos lo hace alguien de semejante talento e inspiración, sólo nos queda rendirnos a su arte y disfrutar de cada uno de los rincones de sus composiciones. Es un auténtico placer escuchar este "Tumaini", esperanza en suajili.
En los diez temas del disco la madrileña refleja sus vivencias en Kawangware, Kenia, en el centro social “Little Ray of Hope”. Y lo hace a través de distintos estilos como el soul, el latin-jazz, el afro-jazz, la música africana y, por supuesto el jazz; fusionándolo todo de una forma magistral, cautivadora.
Junto al saxofón de Moreno, la fantástica voz la pone Alana Sinkëy, pero no os perdáis el resto del elenco. Maravilloso piano de Manuel Valera; Maksim Perepelica -que también ha colaborado en la producción del disco- en el bajo eléctrico; Raphaël Pannier en la batería y Franco Pinna en una percusión asombrosa y arpa legüera impresionante, instrumento de su invención propia del que no me canso de buscar información porque me parece fascinante.
El talento se reconoce. Y cuando ese talento se plasma en algo tan, tan bien hecho sólo queda disfrutarlo. Berta Moreno nos regala uno de esos trabajos inolvidables, imprescindibles. Y hay que decirlo de la forma más rotunda posible. "Tuamini" es una auténtica maravilla...