Indie Rock / Pop Rock /
Hay bandas que sigo desde el principio. Las escucho, incluso sin tener novedad. Vuelvo a ellas de vez en cuando, como un refugio, un relax... o un ejercicio. Fleet Foxes es una de esas bandas. En toda la discografía de los de Seattle -no muy extensa- hay momentos suficientes para volver en tiempos complicados, para descansar de otras músicas, para volver a territorio amigo, conocido... pues bien, entre pandemias, mascarillas y nuevos hábitos, su última propuesta, "Shore", es un disco más de esos a añadir a los recursos musicales propios de apoyo y referencia.
Y, además, este disco recupera lo mejor de la banda en todos sus aspectos. El anterior, "Crack-Up" requería implicación y cierto esfuerzo en la escucha. El premio a ello era poder disfrutar de una obra fantástica. Pero, aquí, vuelven a esa especie de intimismo sin artificios pero plasmado en inmensos matices musicales; como volver a ese primer disco inolvidable con la importancia en las armonías vocales y ese aire algo bucólico y campestre que se mueve entre lo acústico y arreglos complejos, excelentes y absolutamente magníficos.
Fleet Foxes, con el protagonismo de Robin Pecknold, han firmado otro disco más a los que volver en tiempos de crisis, de búsqueda, de refugio, de relax... o de ejercicio... "Shore" casi está a la misma altura de su primer trabajo homónimo, que era una obra maestra... así que...