Pop Rock / Indie Rock / Cantautor /
Que lo disfrutéis...
La elegancia no se hace. Se nace con ella. Andrew Bird es uno de esos artistas de elegancia innata, casi natural, de la que no cuesta esfuerzo. De la que se tiene al nacer. Así lo vuelve a demostrar en su último trabajo "My Finest Work Yet", otro disco más lleno de exquisitez musical, de composiciones absolutamente sobresalientes, de letras inteligentes, profundas y llenas de humor e ironía. Desde la misma portada.
Grabado en vivo, sin pistas de estudio añadidas y presentado con la elegancia de la que os hablaba al principio. Un piano espectacular, la compañía en la voz de Madison Cunningham y, como no, el eterno y magnífico violín marca de la casa. Composiciones impecables en las que forma y fondo son exquisitas. Y vuelvo a las letras... inteligentes, profundas y llenas de ironía y humor; algunas veces con sarcasmo y ese sentido del humor ya conocido... letras con contenidos sociales o políticos ( por ejemplo en "Bloodless" nos habla de Cataluña, de guerra civil con metáforas arriesgadas para mostrarnos una realidad mundial actual que, según él aún podemos cambiar... ), de amor, de filosofía, de la vida en general, de problemas socio-ambientales...
"My Finest Work Yet" es uno de los mejores trabajos de Andrew Bird. Y eso es mucho decir. Se aleja, sin perder genialidad, de estos últimos años de experimentaciones musicales -todas interesantes- pero nos deja un disco descomunal, una obra excelente... si él nos dice que es su mejor trabajo hasta ahora... una auténtica maravilla... un lujo...
Que lo disfrutéis...