Indie Pop /
El último trabajo de Lykke Li, a pesar de que fue publicado allá por mayo, cayó en mis manos demasiado tarde como para hablaros de él cuando correspondía. Os hablo del extraordinario "I Never Learn", uno de los mejores trabajos publicados el pasado año y del que merecía haberos contado algo muchísimo antes.
Porque este tercer disco de la sueca es una de esas maravillas que no podéis dejar de escuchar. En los nueve temas descubrimos una cantante/compositora madura y extraordinaria, con unas letras impactantes y emocionantes, llenas de sentimiento y profundidad. La voz ingenua se vuelve un poco más oscura para hablar del amor roto y el dolor, con sabor a esas baladas de los ochenta emocionantes y bien hechas.
Una ruptura amorosa que nos regala nueve canciones en los que la guitarra y el piano están al servicio de un drama comedido y bien presentado, un pop emotivo que se esfuerza en contarnos cosas, en este caso, la relación terminada, la tristeza del amor perdido, tantas veces evocada en la música, pero que cuando se presenta de forma tan elegante, nos proporciona el placer de una música que emociona y cautiva por igual.
Lykke Li y su "I Never Learn" fue uno de los discos más destacados del año pasado. En mis manos cayó demasiado tarde, espero que no lo suficiente como para que no le deis la oportunidad de escucha que se merece, porque es extraordinario. No os defraudará...
Que lo disfrutéis...
El último trabajo de Lykke Li, a pesar de que fue publicado allá por mayo, cayó en mis manos demasiado tarde como para hablaros de él cuando correspondía. Os hablo del extraordinario "I Never Learn", uno de los mejores trabajos publicados el pasado año y del que merecía haberos contado algo muchísimo antes.
Porque este tercer disco de la sueca es una de esas maravillas que no podéis dejar de escuchar. En los nueve temas descubrimos una cantante/compositora madura y extraordinaria, con unas letras impactantes y emocionantes, llenas de sentimiento y profundidad. La voz ingenua se vuelve un poco más oscura para hablar del amor roto y el dolor, con sabor a esas baladas de los ochenta emocionantes y bien hechas.
Una ruptura amorosa que nos regala nueve canciones en los que la guitarra y el piano están al servicio de un drama comedido y bien presentado, un pop emotivo que se esfuerza en contarnos cosas, en este caso, la relación terminada, la tristeza del amor perdido, tantas veces evocada en la música, pero que cuando se presenta de forma tan elegante, nos proporciona el placer de una música que emociona y cautiva por igual.
Lykke Li y su "I Never Learn" fue uno de los discos más destacados del año pasado. En mis manos cayó demasiado tarde, espero que no lo suficiente como para que no le deis la oportunidad de escucha que se merece, porque es extraordinario. No os defraudará...
Gunshot
I Never Learn
Que lo disfrutéis...