Piano / Indie Folk /
De Agnes Obel ya os hablé con motivo de aquel fantástico "Philharmonics" del 2010 que contenía la inolvidable "Riverside"... Tres años después, en Octubre del año pasado la compositora y cantautora danesa nos presentó su segundo trabajo "Aventine" producido, compuesto, escrito, grabado y mezclado por la propia Obel.
Un álbum otoñal, íntimo e introspectivo como su predecesor. Con una impresionante apertura musical, de emocionante y desnudo piano, en el tema "Chord Left" que da paso a diez temas más llenos de melancolía, de texturas grises y minimalistas, con la voz de Obel mucho más firme y segura que en su primer disco, demostrando tanto en su interpretación como en las composiciones una madurez exquisita. Y aunque el piano sigue siendo el absoluto protagonista, en esta ocasión comparte belleza con cuerdas y el trabajo vocal de Agnes.
El disco rezuma cierta tristeza, pero en ningún caso se crea un ambiente opresivo o depresivo. Es una tristeza sentimental, suave, plácida. Si os dejáis llevar por este "Aventine" de Agnes Obel, sentiréis que el frío y la tristeza pueden estar llenos de una belleza evocadora e irresistible... Extraordinario disco.
Que lo disfrutéis...
De Agnes Obel ya os hablé con motivo de aquel fantástico "Philharmonics" del 2010 que contenía la inolvidable "Riverside"... Tres años después, en Octubre del año pasado la compositora y cantautora danesa nos presentó su segundo trabajo "Aventine" producido, compuesto, escrito, grabado y mezclado por la propia Obel.
Un álbum otoñal, íntimo e introspectivo como su predecesor. Con una impresionante apertura musical, de emocionante y desnudo piano, en el tema "Chord Left" que da paso a diez temas más llenos de melancolía, de texturas grises y minimalistas, con la voz de Obel mucho más firme y segura que en su primer disco, demostrando tanto en su interpretación como en las composiciones una madurez exquisita. Y aunque el piano sigue siendo el absoluto protagonista, en esta ocasión comparte belleza con cuerdas y el trabajo vocal de Agnes.
El disco rezuma cierta tristeza, pero en ningún caso se crea un ambiente opresivo o depresivo. Es una tristeza sentimental, suave, plácida. Si os dejáis llevar por este "Aventine" de Agnes Obel, sentiréis que el frío y la tristeza pueden estar llenos de una belleza evocadora e irresistible... Extraordinario disco.
The Curse
Fuel to Fire
Dorian
Que lo disfrutéis...